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Perros, gatos y científicos de datos

Tecnología   |   Alan Jacobson   |   28 de abril de 2020

Nuestro mundo puede estar en medio de una pandemia; sin embargo, dicen que la risa es la mejor medicina. Si pudieras relajarte un poco, mientras estás protegido y trabajando desde casa, continúa leyendo para averiguar por qué creo que los perros serían mejores científicos de datos que los gatos.

Bueno, el secreto sale a la luz.

Los datos están disponibles, y ahora son más claros que nunca: si los animales pudieran ser científicos de datos, los perros serían mejores que los gatos.

Está bien, tal vez mi hipótesis sea más subjetiva que objetiva, y los datos sean más observacionales que científicos; pero cuando explores las cuatro habilidades esenciales que los científicos de datos necesitan para sobresalir, verás que nuestros compañeros caninos ejemplifican ampliamente estas cualidades.

La curiosidad mató al gato

Los científicos de datos, al igual que nuestros amigos caninos, son increíblemente curiosos y, a veces, de manera insaciable. Vemos esto en los científicos de datos que constantemente se arriesgan y exploran para encontrar mejores soluciones a los problemas, siempre preguntándose “por qué”, “qué pasaría si” y “cómo”. Es algo que también vemos en los perros, que huelen todo lo que está a la vista. Con más de 300 millones de receptores olfativos, en comparación con los solo 6 millones en los seres humanos, los perros utilizan olores para entender el mundo que los rodea. Los perros, al igual que los científicos de datos, son exploradores incansables, por lo que un simple paseo por la cuadra puede durar más de 10 minutos. Tanto los perros como los científicos de datos son muy curiosos, lo que los hace buscar (o rastrear con el olfato) información a su propia manera.

Si bien no podemos negar que los felinos son criaturas curiosas, en especial con una frase tan pegajosa como “la curiosidad mató al gato”, aquí hay un hecho que considerar: los perros tienen el doble de neuronas (500 millones) en su corteza cerebral en comparación con los gatos (250 millones), lo que indica que podrían ser casi el doble de inteligentes. Para agregar algo de perspectiva, los científicos de datos (o los seres humanos en general) tienen alrededor de mil millones de neuronas.

¿Puedes enseñarle trucos nuevos a un perro viejo?

Ya sea la cantidad de lenguajes de programación que los científicos de datos conocen o las amplias materias en las que han desarrollado experiencia, los mejores pueden aprender cosas nuevas. Los perros, como los mejores científicos de datos, tienen la capacidad de adquirir un amplio conjunto de habilidades. Se puede capacitar a los perros para buscar y rescatar, cazar, pastorear ovejas, proteger propiedades, detectar explosivos, evitar que las personas se ahoguen e incluso hacer paracaidismo, aunque no lo creas. La capacidad y voluntad de aprender cosas nuevas son lo que separa lo genial de lo excelente, tanto en científicos de datos como en perros.

Se puede adiestrar gatos, pero parece más difícil hacerlo. Esto puede deberse a su linaje. Los gatos descendieron de cazadores solitarios, mientras que los perros provienen de los lobos que cazaban en jaurías. Es natural que un perro sea parte de la manada al realizar una tarea, mientras que los gatos son más independientes.

No es un mundo ferozmente competitivo

A los perros les gusta colaborar con la manada más que competir con ella. La ciencia de datos es un deporte social, y los mejores científicos de datos pueden conectar ideas y personas. Es un campo increíblemente colaborativo en el que varios equipos necesitan trabajar juntos para encontrar una solución. Los perros, al igual que los científicos de datos, se benefician de una red. Los científicos de datos trabajan junto con expertos en la materia, equipos de marketing y de ventas, y otros científicos de datos para lograr los mejores resultados. Del mismo modo, los perros siempre han colaborado con sus manadas por seguridad, protección y supervivencia.

Por otro lado, los gatos no tienen lazos fuertes con grupos y son muy autosuficientes. De hecho, sus antepasados, los gatos salvajes, veían a otros gatos como rivales. Los gatos parecen carecer de las habilidades colaborativas para formar grupos grandes y amigables o alianzas, una habilidad que puede ayudar a los científicos de datos a tener éxito.

Como perro con un hueso

Los problemas en los que trabajan los científicos de datos son desafiantes. Necesitan tenacidad y resistencia para encontrar soluciones, una hazaña que puede implicar realizar tareas muy mundanas, como encontrar, limpiar y transformar datos. Los perros, como los científicos de datos, han demostrado que pueden superar adversidades. Solo piensa en los perros de trineo, Togo y Balto, que ayudaron a salvar al pequeño pueblo de Nome (Alaska) de la difteria en el invierno de 1925.

Togo y Balto son dos de los perros, entre más de 100, que recorrieron partes de un largo, peligroso y arduo camino por más de 965 km del Iditarod Trail para entregar medicamentos que salvaron miles de vidas. Los barcos y aviones no pudieron atravesar las gélidas condiciones invernales, pero los equipos de trineo con perros sí. Los científicos de datos, al igual que los perros, necesitan espíritu y tenacidad para seguir adelante, incluso frente a los desafíos más difíciles.

¿Se le está ladrando al árbol equivocado?

No me malinterpretes, me gustan los gatos, pero mi hipótesis es que los perros son más como los científicos de datos que los gatos.

Entonces, ¿cuál es tu veredicto final? ¿Quién se parece más a los científicos de datos?, ¿los perros, los gatos o incluso otro animal?

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